4 nov 2017

ESCUELAS QUE CAMBIAN EL MUNDO


Hola a tod@s,

¿Que tal ha empezado el otoño? Espero y deseo que muy bien. Tenía muchas ganas de abrir el blog otra vez pero la verdad no encontraba el momento. Después de la entrada de Rebe sobre las guarderías tenía muchísimas ganas de contar mi experiencia al respecto que igual puede ayudarles.


La niña y yo estuvimos veinte meses juntas. Veinte más nueve. Estaba sin trabajo. Hay quienes te dicen que claro estando sin trabajo la decisión ya estaba tomada. Sí o sí la niña iba a estar con su madre. Pero yo creo que las cosas alrededor de nuestras vidas nunca son blancas o negras sino que hay una gama de colores inmensa. Nuestra vida es fruto de una serie de decisiones pequeñitas que tomamos cada día a cada hora. Sin trabajar hay muchas madres que optan desde los cuatro meses por una guardería. Son elecciones y decisiones tomadas desde la visión personal de cómo debe crecer un niño y cada una de ellas no son ni buenas ni malas.  Están relacionadas con la forma en que cada uno entiende la vida y la maternidad. Muchas madres cambian de trabajo para pasar tiempo con sus hijos. Otras no. Muchas  mujeres deciden no tenerlos porque no quieren renunciar a la vida que tienen. Es muy sencillo de entender si abrimos horizonte y miramos más allá de lo que hacemos nosotros con nosotros mismos.

 Pasábamos los días enteros juntas. Al principio me resultaba muy difícil separarme de ella para salir por mi cuenta. Me sentía malísima madre… pensaba que si podía estar conmigo no había necesidad de delegar su cuidado, pero es obvio que hay ciertas cosas que es imposible hacerlas con los niños y por suerte aquel sentimiento de no estar haciendo lo correcto dejándola con alguien  fue desapareciendo. Empecé a entender que para estar feliz necesitaba retomar en la medida de lo posible mi vida. Salir con mis amigas y hacer vida social, pasar tiempo con mi pareja sin la niña… Fueron veinte meses muy muy bonitos pero también  duros. La maternidad es una etapa preciosa pero también difícil si estás todo el día con tu hijo. Cuando son pequeñitos duermen mucho pero a medida que crecen demandan muchísimo nuestra atención y el cansancio se va acusando a medida que pasan los meses. Casi iba a cumplir sus dos años empecé a sentir que necesitaba mi tiempo otra vez. No se, era como sentirme otra vez un poco más yo. Quería trabajar y salir de casa. Empecé a notar que ella también pedía la separación. Le costaba interactuar en el parque con otros niños y por supuesto que no me preocupó lo más mínimo pero entendía que con su comportamiento me estaba pidiendo volar. Y le puse alas, como no iba a hacerlo. Los niños tan pequeñitos no hablan pero si les prestamos la atención que merecen podemos descifrar sus necesidades.

Empecé a buscar una guardería. Tenía claro lo que quería así que era muy sencilla la búsqueda. Enseguida cuando entras a un sitio con el que no te sientes identificada por el motivo que sea, lo notas. Por eso lo más importante en estos casos es saber que queremos. Ahí no dudaremos un segundo cuando estemos en el sitio correcto. Visité alrededor de siete. Sitios que respeto pero que no estaban dentro de lo que yo buscaba. Si sienten curiosidad  puedo contarles un poco. En unos trabajaban con objetivos por trimestre (sí tal cual, con niños menores de dos años, me comentó una trabajadora que el hecho de no diferenciar a los dos años el rojo del azul era síntoma de que algo no iba bien). De verdad respeto muchísimo esta forma de trabajar porque si hay sitios que trabajan así es porque hay padres demandando este tipo de educación pero no la comparto. Apurar a los niños para que aprendan me parece tan antinatural. Los niños aprenden y crecen a su ritmo, apurarlos me parece romper su propia naturaleza. A otra  guardería llamé y por teléfono me dijo la directora que la buscara en facebokk que mirase las fotos y que ya a la visita fuera con la documentación para matricularla. Y que si a las cinco en punto no estaba allí ella se iba.  Ese sitio ni siquiera fue a verlo. Si el trato con un adulto era así de distante no quiero imaginar cómo trabajaban con los niños. En otro sitio tenían quince niños de todas las edades (hasta tres años claro) para una sola persona y la chica que hacía la comida le echaba una mano cuando podía. Era obvio que la ratio estaba por encima de lo normal y que una sola persona no puede ocuparse  de forma adecuada de quince niños a menos que tenga seis manos. Qué locura. Todas estas visitas las hice  con mi niña. En todas, la niña se mostraba insegura e inquieta. Pedía que la tomara en brazos y notaba que se sentía incómoda.

No iba a visitar más a ciegas… no se porque teniéndolo tan claro desde el principio no hice la última visita la primera. Supongo que quería reservar el plato fuerte para el final. Mi pareja en cada visita que hacía me preguntaba que tal había ido y le contaba lo que veía. Para la última visita pedimos cita y quería que por primera vez me acompañara él. Cuadramos para visitar el cole en sus vacaciones. El colegio se llama MONTESSORI GRAN CANARIA. No se si han escuchado hablar de María Montessori. Una mujer que observó el comportamiento durante mucho tiempo de los niños y como consecuencia de su observación y estudio creó un método de trabajo. Llegamos a nuestra cita los tres. Desde la puerta puedes ver un poquito el cole. Una casa canaria maravillosa con un patio en medio…enseguida nos recibe el director de la escuela. Un chico joven encantador y tremendamente formado. Nos invita a pasar a su despacho. Imaginen el despacho del director de un centro escolar que parece el despacho de un HOGAR - ESCUELA. Habían dibujos de niños por toda la estancia enmarcados. Ninguno estaba pintado sobre una plantilla. Eso me puso la piel de gallina. Los tenía colocados como lo que eran, auténticas obras de arte. Nos invitó a sentarnos. Mi pareja y yo antes de que comenzara a hablar nos miramos y con la mirada nos dijimos: ESTE ES EL SITIO. La decisión estaba tomada sin ver el colegio y sin que nos hubiese comentado nada sobre el trabajo que hacían. Nos invitó a visitar las aulas. Los niños trabajaban con muchísimo orden. Casi no se percataban de nuestra presencia. Nuestra hija no pedía que la tomarámos en brazos y se mostraba confiada con el entorno. Nos habló del respeto por el ritmo del niño, algo que nosotros entendemos como fundamental para su correcto desarrollo. Nos habló de la forma en que trabajaban, de los proyectos y objetivos que querían alcanzar como cole. Nos habló de sueños, de sueños muy grandes que se han cumplido y otros que quedan por cumplir. Cuando alguien siente pasión por su trabajo se respira alrededor. No paran de inventar, de crecer, de mejorar… en definitiva de brillar. EL cole tiene un jardín donde convierten la cáscara de la fruta en compost para las plantas y árboles.  Sí tal cual lo leen hay árboles en el cole. El jardín tiene una casita en un árbol. Aquí les dejo algunas fotos;

El cole es increíble. Nos dijo que no había plazas y que podíamos entrar en una lista de reserva. Por supuesto esperaríamos por nuestro turno en la lista de reserva. Nos recibió en el cole sabiendo que no tendría plaza para nosotros. Eso dice tantísimo de una forma de trabajar. No sabíamos para donde mirar, nos parecía un entorno tan ideal para aprender, para crecer y para ser feliz. Sí hay padres que nos preocupa la felicidad de nuestros hijos y que como prioridad en la vida de ellos queremos sobretodo  que sean felices. Sin duda aquel sitio estaba diseñado para eso, por la forma de entender la educación los que allí trabajan y por el sitio que era precioso.

Al poco tiempo se da una casualidad maravillosa. Nos encontramos al director del cole en un centro de deportes y nos habló de la  creación de otro centro Montessori y nos invitó  a conocerlo. De nuevo fuimos los tres a conocer el que es y será mientras podamos el cole de nuestra hija.

Se llama KAIZEN MONTESSORI. Situado en Tafira es una extensión maravillosa de lo que antes les hablé de Montessori Gran Canaria. Nos recibió la directora del centro. Una mujer  valiente y luchadora  que ha construído de la nada y con muchísimo esfuerzo un centro escolar increíble. De reciente creación es un sitio con un equipo de trabajo enorme a todos los niveles y con un entorno natural inmejorable. La directora es una persona muy cercana. Madre de dos hijos se muestra siempre receptiva y comunicativa respecto de cualquier cosa que sucede con la niña. Nunca cuestiona tu forma de educar, siempre tiene una palabra de apoyo respecto de cualquier situación en la que creemos que estamos fallando como padres, enseñándonos que el hecho de estar intentando mejorar es ya una victoria.

El periodo de adaptación fue tan respetuoso con su entendimiento de la situación que no tengo palabras de agradecimiento que definan el hecho de dejarme entrar al aula mientras trabajaban en ella. Nada de llantos interminables (sí a dejar al niño llorar durante horas lo llaman periodo de adaptación y nadie clama al cielo). Le explicábamos la situación y hasta que no fue capaz de entender lo que estaba pasando no dejé de acompañarla en el cole. En poquito tiempo se sintió segura para estar allí sin mi.

En cada periodo vacacional trabajan sin descanso para el crecimiento del centro y no pueden imaginar los pasos tan grandes que dan cada día por mejorar y por crecer. Claro que las cosas grandes crecen despacito porque un proyecto de estas características no puede crecer de un día para otro, algo que da mucho más valor a todo. Es tremendamente complicado tirar hacia delante con una escuela de estas características. El material es carísimo y las características de las aulas requieren muchísimo trabajo.


En facebokk pueden ver un poquito más del trabajo que hacen cada día en los coles.

Las Administraciones Públicas tienen  muchas listas de cosas. Me encantaría ver una lista de no profesionales que han sido expedientados por su falta de buen hacer en el ejercicio de su profesión porque por desgracia sí hay muchos padres, y esto me consta, que se quejan sobre la falta de profesionalidad de muchos docentes y no pasa absolutamente nada con ellos. Seamos más críticos con las cosas que se suponen oficiales y con las que no. A mi una lista de centros que se dice por la administración son legales o cumplen con la legalidad no me vale de nada si cuando entro a un centro de los que están en esa lista las clases tiene treinta alumnos para un docente, tienen a los niños de tres años sentados durante horas como si tuvieran doce años, deben pintar  dentro en una plantilla, deben adaptarse a un lugar que no conocen y con personas que no han visto nunca a golpe de llanto… deben estar limpísimos porque lo de fuera es más importante que lo de dentro y entonces vemos a niños incapaces de comer por sí mismos porque no les han dejado experimentar porque se ensucian ( luego nos llevamos las manos a la cabeza porque no comen ¿ cómo van a comer si ven la comida como  algo extraño?) …deben aprender a memorizar cosas que olvidarán, en definitiva, deben estar adaptados a un sistema no adaptado a ellos.

Hay muchísimas personas que hablan del método  sin conocerlo y sin querer hacerlo. Los padres que optamos por esta educación no somos ni hippys ni raros ni antisistema. No somos veganos ni naturistas… no estamos metidos en una categoría de padres que deba ser enjuiciada por nuestra elección. Hay que leer un poquito sobre María Montessori y el legado tan grande que dejó respecto del niño, de su desarrollo cognitivo, sensorial y emocional y dejar de hablar desde el desconocimiento.

La infancia es la etapa más importante en la vida de un ser humano. Lo que viene después es consecuencia de nuestra vida de niños. No es sano sentirnos adaptados a un sistema que enseña sin mirar ni respetar que necesita el niño en cada etapa. Cuestionemos las listas que publican los que vemos que realmente no están preocupados por el avance del sistema y ni por la educación de los niños. El fracaso escolar en este país tiene unos datos demoledores y desoladores. No se copian modelos de algunos países europeos cercanos que sí funcionan y que sí ofrecen excelentes resultados ¿por qué? Ahí lo dejo para pensar un poquito.

Muchas veces los coles no tienen los permisos que requieren las administraciones por pequeñeces que nada tienen que ver con lo realmente importante y es el servicio que se presta en ellos, que debe ser de calidad, que debe estar supervisado y corregido si falla o cojea. Que un muro por pintar, un carretera por pasar, una escalera por construir no determine el sitio en el que dejamos a nuestros hijos siete u ocho horas cada día y que no vengan quienes no se preocupan de sus centros públicos a enseñarnos una lista de sitios aceptables que cuando entras y conoces te dan ganas de salir corriendo de las carencias a todos los niveles tan grandes que tienen.

Desde mi rinconcito doy las gracias a todas las personas que se sienten comprometidas con la educación y el crecimiento sano y natural de los niños estén en el cole que estén. Y por supuesto, gracias a todo el equipo gigante a nivel humano y profesional que forman Montessori Gran Canaria y Kaizen Montessori, en mi nombre, en el de mi pareja y en el de mi niña que pide cada día volver al siguiente a su cole.

Gracias de corazón por leernos…

Les recomiendo el libro “Escuelas que cambian el mundo” de César Bona, un maestro que realiza un trabajo muy “Montessori” en escuelas públicas y habla de centros donde se trabaja en este sentido y de los resultados que se logran.



“Esta es nuestra obligación hacia el niño; darle un rayo de luz y seguir nuestro camino”… María Montessori








2 comentarios:

  1. Buenas noches ro!!! Hace meses no entro al blog y hoy he tenido un hueco y no lo creo jeje.
    Super interesante lo que cuentas voy a informarme del metodo , yo sigo muy contenta con la escuelita de B pero siempre hay que abrir la mente y ver que hay por esos lares.
    En lo que te doy totalmente la razon es que.. da igual ciertas pequeñeces lo importante son ellos y lo bien cuidado y felices que esten cua do vas a recogerlos...eso dice mucho del trato que les dan de puertas hacia adentro.
    Un besoteee grande

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  2. Que buen post Ro,muy interesante. Desde luego si metiera a mi hijo en una guarderìa me gustarìa que fuese algo asì.
    Al ser madre te das cuenta de las distintas etapas del bebe-nino, y ellos llegado el momento, te piden una diversiòn y unos estìmulos diferentes a los que tù sola le puedes aportar. Ademàs la madre también siente la necesidad de estar màs en contacto con otras personas adultas y tiempo para dedicarse a otras cosas que no tengan que ver con el peque.
    Como tu nena es mayor siempre vas adelantada y aprendo mucho de tus experiencias, gracias por contarlas.
    Un abrazo

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