10 may 2024

El ARBOL DEL GAROE no condensaba el agua de lluvia... la producía

 

Desvelando el secreto mas sagrado de la naturaleza, la génesis primordial de la sangre de la Tierra, mediante los árboles centenarios

El agua no viene de la lluvia, sino del árbol centenario y sus etericidades, Toda fuente de agua de extrema calidad es un milagro, un milagro que se sabe destruido si se expone directamente a la luz solar.
Los llamados „salvajes“ perforan determinados árboles y plantas para saciar su sed. Beber esta agua excepcional, los vuelve altamente intuitivos, por lo que toman conciencia espiritual.

Entender como funciona y como  usar la supuesta agua milagrosa, coloca a esas personas muy por encima de las personas „civilizadas“, confundidas por sus pensamientos meramente especulativos.
Los „civilizados“ (pobres de espíritu), se vuelven cada vez más perezosos espiritualmente, pensadores ordinarios, incapaces de comprender a las personas muy intuitivas, a las que llaman locos.
En realidad son los pobres espirituales los que han creado el „paraíso“ de locos donde podemos arreglárnoslas para vivir en un estado vegetativo.

Escrito en 1952

 

 

 

 

Los nativos del Hierro se abastecían de agua mediante un árbol, probablemente un tilo, que llamaban Garoé, del que emanaba agua en el centro de un refugio de roca abierto al noreste, Siendo tan preciado para los primeros pobladores de la isla que intentaron ocultarlo de los españoles, con idea de que desistieran de la conquista ante la falta de agua.

También en Gran Canaria, en Teror, era un árbol de Pino centenario, lo que mas veneraban los canarios, con una tradicion tan fuerte que hasta muerto el árbol, la gente seguia subiendo cada año a pie hasta donde este se encontraba para a agradecer por las cosechas y para maravillarse con ciertas luces que emanaban de sus ojas en determinados marcados momentos astrologicos.
Siendo asi que los españoles tuvieron que sincretizar la religión canaria con el cristianismo, inventando que alguien había visto una virgen en el pino pues sus copas brillaban, con lo que se erigió una iglesia en el original lugar de culto. El agua de Teror siempre fue reconocida como agua medicinal y milagrosa, tras la conquista (agua emanada por los pinos de Teror evidentemente), incluso se construyó un balneario curativo en el cauce del barranco.

 

 

 



 Y si no les gusta el agua fresca, tómate esta: