La Diosa Tara conocida, venerada y respetada por el hinduismo, el budismo, los Celtas y los Guanches
Tārā es una manifestación de la Diosa Madre, el aspecto femenino de Dios.
En algunos valles remotos de Nepal y Tíbet se pueden encontrar objetos sagrados y venerados de la diosa Tārā. Las poblaciones locales le atribuyen propiedades mágicas y curativas, que aportan bienestar y simbolizan la protección.
Tara es activa, compasiva, protectora. Se dice que cuando se la invoca, acude tan rápido como el viento para ayudar a las personas en apuros. Ninguna entidad oscura o negativa puede resistirse a ella.
Creer en Tārā significa encontrar un protector poderoso y amoroso que puede ayudarnos a despertar nuestra divinidad interior.
La diosa Tara disuelve el karma negativo, ayuda a alcanzar el dharma positivo y eleva profundamente el espíritu.
Tārā como símbolo divino y místico al que la gente acude para convertir oraciones en realidad...
La meditación y la correcta concentración, generan en nosotros ondas cerebrales positivas que pertenecen a un nivel superior.
El efecto del simbolismo de la diosa Tārā hay que entenderlo holísticamente. Las propiedades de un sistema no pueden explicarse solo por la suma de sus componentes o, a través de los mecanismos de la ciencia actual, que ha olvidado la energia cosmica y el eter.
Una de las posibles explicaciones de la eficacia de los símbolos y del efecto de bienestar que generan se encuentra probablemente también en la "psicología milenaria" encerrada en ellas, el "cofre mágico" humano que cada uno de nosotros lleva consigo.