16 mar 2017

Una guagua naranja





Buenas noches,


¿Qué tal transcurre la semana? Espero y deseo que muy bien para tod@s. Antes  de comenzar con mi entrada, quisiera dar las gracias en nombre de las cuatro, a todas las personas que se acercan al blog, cada vez somos más y nos alegramos mucho. Me gustaría invitarles a participar un poquito y compartir ideas y experiencias. Estamos deseando leerles.    Vamos al lío;


Ha salido circulando por las calles de una gran ciudad una guagua naranja con un eslogan que todos en algún lugar hemos tenido ocasión de leer (redes sociales, prensa, noticias) y que yo si ustedes me lo permiten me niego a reproducir.

No se a ustedes pero a mi ver que algo así puede exponerse con total libertad e impunidad me produce una profunda tristeza. Creo que los niños y su condición como tales les debe otorgar el privilegio de estar al margen de cuestionamientos de estas características. Los niños son niños con independencia de sus particularidades físicas o psíquicas, enfermedades, limitaciones o discapacidades, con independencia de absolutamente todo, han de ser protegidísimos por parte de la comunidad “adulta”. No me sirve que se amparen en la libertad de expresión algunos grandes para manchar la integridad de otros más pequeños a sabiendas que el daño será irreparable. Ponernos en la piel de alguien que nace con un cuerpo con el que no se identifica, si no nos ha pasado no podremos hacerlo. Podemos mostrar tolerancia, respeto, empatía… pero nunca sabremos el proceso de transformación tan grande que se produce en un ser humano así.

Trabajé en un banco y no se imaginan el calvario que suponía a estas personas llegar a realizar sus gestiones bancarias con un documento de identidad que no se correspondía con la persona que tienes en frente. Esperas, firmas, autorizaciones… mientras alrededor la gente te señala, habla por lo bajo, se refiere a ti en ocasiones en tono despectivo. De esto hace algún tiempo… parece que actualmente pueden obtener su documentación de identidad mientras la burocracia respecto de su identidad física camina a paso lento.

Claro que a nosotros no nos ha tocado, nos sentimos identificados con nuestro cuerpo y nuestra psique nos acompaña en ello. Tampoco a nuestros hijos que crecen sin mostrar señales al respecto. ¿Pero eso es suficiente para mantenernos pasivos ante algo así?, ¿pueden los niños ser retraídos a mostrarse como se sienten con mensajes como éstos con la repercusión social que ha tenido?, ¿se imaginan cuántos niños decididos a manifestar quiénes son han desistido de su intento por esto?

Los padres siempre decimos cuando nos iniciamos en esto de la maternidad o paternidad que lo más importante para nosotros es que nuestros hijos crezcan felices. Luego se nos va olvidando y nos metemos en el círculo social de normas rígidas absurdas y preestablecidas que nos dicen; “con el tiempo libre se aburren, apúntalos a inglés que siempre un idioma suma. Apúntalo a fútbol que igual quien sabe, Messi salió de un barrio también. En estas, los niños hacen pancartas en los campos de fútbol dirigidas a sus padres pidiendo respeto para el árbitro y que no discutan entre ellos que aquello es un juego de NIÑOS.  No dejes que se ensucie que da muy mala imagen. No se a ustedes pero a mi me encanta ver a mi niña llena de chocolate por todas partes, se que será la única etapa la su vida en que podrá llevar encima una mancha sin salir corriendo a quitarse la ropa o a intentar disimularla. Llévalo a misa, que se haga “buena persona”…

Ser niño en un mundo tan preocupado por lo de fuera, por la apariencia, por lo superfluo ha de ser un auténtico quebradero de cabeza. Es increíble como la niñez es la única etapa de la vida en que no se piensa ni en  pasado ni en futuro. Los niños viven permanentemente del presente por eso consiguen ser tan felices. Los adultos lo que hacemos con nuestra incapacidad para vivir como ellos, es sacarlos de ahí, a empujones, porque tienen que ser alguien el día de mañana, como si no fueran alguien ya desde que nacen.

Algo con lo que quiero luchar  es con la comunicación con mi hija. Preguntarle si le gusta el ballet al que dedica cuatro horas de su precioso tiempo porque si me dijese que no, no volverá. Por supuesto, habrán situaciones innegociables a las que tendrá que hacer frente  porque como niña hay algunas cosas que no puede decidir por sí misma, pero el término medio, ese maravilloso y recurrible siempre término medio donde reside la virtud es al que debemos acudir todos los padres.

Paremos por favor a pensar, que hacemos con nuestros hijos en cada momento, que les decimos, que decimos mientras nos escuchan, que hacemos mientras nos ven porque son fiel reflejo de nosotros y si pedimos una sociedad mejor, tenemos que empezar en casa a construirla.

Nuestro mayor logro ha de ser  que sean ellos mismos, no hay nada más difícil que identificar quienes somos, quienes nos sentimos y convertirnos en esa persona. La sociedad lo pone muy difícil, no seamos como ella, facilitemos la vida a los niños y que en su periodo de infancia sean tan felices que esa felicidad les sirva de soporte para enfrentar la etapa adulta. Nada hay más peligroso que proyectar sobre ellos eso que nosotros no hemos conseguido, no caigamos en ese error, que vuelen y que extiendan sus alas y se dirijan hacia ellos mismos. Ese será sin duda el mejor regalo que recibirán nunca, porque a partir de él sólo podrán venir cosas buenas.

Espero sea entendida mi entrada, he sido lo más respetuosa que he sabido. Si alguien se siente ofendido, mis disculpas van de antemano.

Gracias de nuevo por leerme,

Dejemos  VIVIR a los niñ@s, para eso les hemos traído aquí.


                                                  Ro




                                                 





2 comentarios:

  1. A mi me parece q nos están intentando manipular de alguna manera al dar tanto bombo https://tecnicopreocupado.com/2017/03/15/autobus-hazte-oir-autobus-del-odio/

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  2. Gran post, estimada Ro. Siempre te salen perlitas de oro por la boquita :)

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