Desde tiempos inmemoriales es conocido que la salud se da cuando todo fluye de forma natural "Panta Rhei".
El género humano cuando con su racionalidad rompe este fluir, produce caos,
cancer y enfermedad.
Ya en los 70 un politico decidió que el río
Guiniguada debía dejar de existir, ya que el «progreso»
era más importante.
También el agua que corría por el barranco de Teror
era conocida por sus propiedades minero medicinales, por las cuales se abrió un
balneario entre Teror y Moya en 1868, que tuvo que cerrar en 1938.
Los proyectos hidráulicos y la «modernidad» se han olvidado de las reglas
naturales y propiciado una regresión en la salud del agua, y como consecuencia
de la calidad fìsica y moral de las personas que habitan la isla.
Es la degeneración humana la que permite la impasividad ante barbaridades como
el destrozo paisajístico a través de los
monstruosos molinos de viento, las rayas en el cielo desde 2015 y desde 2020
antenas monstruosas de telefonìa que emiten radiaciones que a nadie parecen
importar.
La degeneración humana en Canarias es claramente:
1. Física: fijense en que la obesidad se ha convertido
en la normalidad, y los dientes de casi todos los niños crecen torcidos… les
animo a observar las calaveras del museo canario no encontraran caries ni
dientes torcidos en ninguna.
2. Mental y moral. Queda clara ante la actitud de la mayoría
cuando les roban los pocos derechos fundamentales que les quedan y aplauden
desde sus casas como focas, mientras se destruye el futuro de sus hijos. O ante
la impasividad ante aberraciones como el destrozo de los pocos lugares
naturales aun intactos… como el Barranco de Arguineguín
con un proyecto como el de la central hidroeléctrica de bombeo Chira-Soria….
Para la poca gente que le queda dignidad, inteligencia
y amor por sus congéneres y su tierra
Levántense Ya!! Nunca un pueblo ha tenido tanta
falta de testosterona!!
Nos venden la palabra «Re-siliencia» (SILENCIO) para que callemos ante todo…
Es la modernidad riéndose en la cara de las personas decentes.
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