Hijos que vienen sin felicidad

Hola a tod@s,

¿Alguna vez se han planteado porqué la felicidad que dicen que llega con un hijo en realidad muchas veces no se manifiesta como tal? Últimamente se ha puesto muy de moda en las redes sociales mostrar la cara feliz de la vida.
Es aburridísimo ver como todo el mundo muestra pies morenos en la playa, viajes de ensueño, sonrisas kilométricas… todo eso acompañado de frases como “happy, el paraíso está aqui, la vida es bella”. Por supuesto, si se publicaran situaciones negativas yo sería la primera que no haría uso de las redes sociales porque no hay nada más desalentador que estar regodeándonos en lo malo que nos pasa, no mejora en absoluto la situación, al contrario la empeora aún más. Pero respecto de mostrarse tan  mega feliz en todo momento, tanto en redes sociales como en la vida cotidiana, en la compra, en el bar, en el parque con los niños… creo que deteriora el concepto de felicidad en sí mismo. La felicidad es algo que no puede estar presente en cada cosa que hacemos, porque es algo que va mucho más allá de unas fotos bonitas y porque requiere un trabajo interior muy grande y normalmente quienes más hacen alago de sentirla son quienes menos trabajan a ese respecto.

Por eso cuando escucho al mundo decir que los niños dan mucha felicidad o que son pura felicidad me parece una falta de respeto hacia ellos y una falta de sinceridad enorme de quien hace ese planteamiento. Los niños vienen cargados de muchísima alegría, motivación, AMOR, entrega y son seres humanos enormes siendo tan pequeños. Empáticos, agradecidos… pero no vienen a completarnos, no vienen a traer la felicidad que hemos sido incapaces de encontrar hasta que llegaron. Hay personas muy felices sin hijos y personas muy desdichadas con ellos porque han puesto sus expectativas de felicidad en el hecho mismo de la maternidad y desde mi punto de vista es un error.

No se si les ha pasado que observan la vida de otras personas que a lo lejos desprenden infelicidad y se plantean pero bueno ¿qué le falta? Probablemente les falte lo más importante, entender que la felicidad no está fuera sino dentro de cada uno de nosotros y que nada ni nadie puede proporcionárnosla. Es un trabajo interior diario de valorar cada cosa que nos pasa, de sentirnos agradecidos, de ser positivos… cargar a nuestros hijos con la responsabilidad de hacernos felices a mi me resulta muy irrespetuoso. 
 Desde que soy madre por supuesto no voy a mentir, me siento muchísimo más llena de vida, más motivada, más feliz pero no puedo decir que la niña sea cien por cien responsable de toda esa felicidad. La crianza tiene momentos difíciles, porque criar a un hijo no es sencillo. Tenerlo a tu lado es para siempre porque un hijo se piensa y se siente siempre (mi madre aún a mi hermana de 45 años le pregunta con quien va)… y todo eso trae también momentos de incertidumbre, de tristeza si lo ves enfermo, de angustia si tienes que correr con él al hospital, de muchísimos sentimientos, mezclados a veces, saturados otras, cansados muchas otras … por eso cuando a una mamá primeriza otras que ya han sido madres les hablan de la  felicidad que viene con los hijos como si los hijos hicieran milagros sobre los progenitores a ese respecto, no hago más que agachar la cabeza y pensar en la falta de honestidad y de visión de realidad que sufrimos en la sociedad.

 

He estado en Madrid hace poquito… es una ciudad que adoro  aunque a veces allí entre tanta aglomeración de gente me apetece tirar corriendo pa la Gran Ca. Ha sido corto pero intenso. Les recomiendo Segovia y probar el cochinillo, no soy de carne pero reconozco que estaba riquísimo, un musical y unas cervecitas en la Plaza Mayor. Y disfrutar de cada cosa que ofrece la ciudad porque cada vez que voy encuentro nuevos lugares que visitar. Esta vez vi unas librerías que venden libros de segunda mano y descatalogados que tenían muy buena pinta. Les dejo con esta canción, un dúo precioso,  que a mi me encanta y espero que también a ustedes.

 

Les deseo una felicidad sentida, esa que no hay que mostrar ni hacer depender de otros y que debemos agradecer…






Besos y hasta pronto,

Ro