Sábado por la noche y
tengo un ratito para mi y para ustedes. Qué
gusto encontrarnos de nuevo por aquí.
Tenía muchas ganas de hablar sobre las familias monoparentales cada vez más presentes en nuestra sociedad. Admiro profundamente a todos los hombres o mujeres que de forma individual deciden emprender la paternidad o maternidad y por supuesto a aquellos que empezando en este difícil pero precioso camino con alguien, por distintas circunstancias lo continúan solos. Me gustaba la sensación de ir sola a mis revisiones de embarazo y que no me preguntaran por mi pareja. Me parecía un poco distante pero al mismo tiempo me ponía en el lugar de las mujeres que no compartían su embarazo con casi nadie y creía que hacían lo correcto, no indagar en cuestiones personales que pueden incomodar. Además creo que los profesionales de la seguridad social (ginecólog@s, tocólog@s) tampoco tienen tiempo material para preguntar a cada mujer que situación personal viven en el momento del embarazo. Resulta muy llamativo ver como al nacer tu hijo y estando tu pareja alrededor, nadie le hace partícipe de nada. Para enseñar a bañar al bebé te llaman a ti, para mostrar que trámites debes seguir para registrarlo también preguntan por la madre, para explicar cómo está de salud tu pequeño exactamente igual. En ese momento no lo recapacitas pero sí con la perspectiva del tiempo te conciencias que un hijo es sobretodo de su madre, la que le da la vida al nacer o la que sin parirlo lo recibe como propio.
Tenía muchas ganas de hablar sobre las familias monoparentales cada vez más presentes en nuestra sociedad. Admiro profundamente a todos los hombres o mujeres que de forma individual deciden emprender la paternidad o maternidad y por supuesto a aquellos que empezando en este difícil pero precioso camino con alguien, por distintas circunstancias lo continúan solos. Me gustaba la sensación de ir sola a mis revisiones de embarazo y que no me preguntaran por mi pareja. Me parecía un poco distante pero al mismo tiempo me ponía en el lugar de las mujeres que no compartían su embarazo con casi nadie y creía que hacían lo correcto, no indagar en cuestiones personales que pueden incomodar. Además creo que los profesionales de la seguridad social (ginecólog@s, tocólog@s) tampoco tienen tiempo material para preguntar a cada mujer que situación personal viven en el momento del embarazo. Resulta muy llamativo ver como al nacer tu hijo y estando tu pareja alrededor, nadie le hace partícipe de nada. Para enseñar a bañar al bebé te llaman a ti, para mostrar que trámites debes seguir para registrarlo también preguntan por la madre, para explicar cómo está de salud tu pequeño exactamente igual. En ese momento no lo recapacitas pero sí con la perspectiva del tiempo te conciencias que un hijo es sobretodo de su madre, la que le da la vida al nacer o la que sin parirlo lo recibe como propio.
Decidir y sentir que
quieres ser padre o madre es una cuestión personalísima que no nos llega a
todos de la misma manera ni en el mismo momento. Por ello, puedes querer
hacerlo en un momento de tu vida en el que no tienes pareja o teníendola
posteriormente las cosas se tambalean. Aunque dice el refrán popular que los
hijos vienen con un pan debajo del brazo, creo que la cosa va mucho más allá.
Los niños son los grandes maestros de la sociedad si estamos atentos a lo que
vienen a enseñarnos. El ejercicio diario de paciencia que debemos hacer es
inmenso, nos necesitan para todo y el tiempo que pasa hasta que empiezan a ser
autónomos es muy largo en comparación con otros mamíferos. El amor tan incondicional hacia alguien que
apenas acabas de conocer sólo se produce con ellos y el crecimiento a nivel
personal es increíblemente maravilloso. Por un lado quieres proteger cada paso
que emprende pero por otro entiendes que no debes obstaculizar su desarrollo.
Aprender a dejarlo volar es algo dificilísimo, al menos a mi es algo que me
cuesta mucho y tan solo tiene dos años, pero al mismo tiempo es increíble
conseguirlo, dejar de pensar en tus miedos para centrarte en las necesidades
que demanda en cada momento, entendiendo que debes enseñarle el camino pero no
dirigir sus pasos.
Los niños se
alimentan también de AMOR, todo el que les llega les ayuda a crecer de forma
sana y ordenada. No seamos simples y evitemos frases del tipo “pobrecito no
tiene padre o madre”, que los estigmatiza y les resta todo el poder que traen
desde el mismo momento de su nacimiento con independencia del número de
progenitores, porque seguramente será un niño con un abuelo, una tía, un amigo
de su mamá… que lo ama profundamente y dedica todo su corazón en su crianza.
Hay familias estructuradísimas en la desestructuración, es decir, hay niños que
crecen con sus dos progenitores juntos que como padres son un auténtico caos y
que suponen un entorpecimiento al crecimiento normal y saludable del pequeño.
Hace poco terminé de
leer un libro de Eduardo Punset en el que planteaba que por muy entera y capaz
que se sienta una madre le resulta imposible llevar a cabo su labor como tal
sola, sin ningún tipo de ayuda y estoy totalmente de acuerdo con esta teoría. Por
mucho amor que podamos dar y por mucha paciencia que consigamos desarrollar
siempre hay momentos en que necesitas delegar el cuidado de tu hijo porque
somos humanas y no podemos estar al cien por cien para ellos en todo momento.
Esto no quiere decir que nuestros hijos necesiten un padre siempre y en
cualquier circunstancia. Necesitan personas alrededor que brinden apoyo a la
madre y mimos, caricias y mucho amor al pequeño.
Los padres que
criamos juntos a nuestros hijos debemos inculcarles el conocimiento por los
distintos tipos de familias que hay de forma abierta y dando normalidad al
asunto. Tendrán amigos de padres separados, amigos que sólo tienen madre o sólo
tienen padre, amigos criados por abuelos, por una familia que los ha acogido y todas ellas son válidas si llevan a cabo una
crianza respetuosa hacia el menor, donde sus necesidades afectivas y materiales
están siendo cubiertas.
Por suerte, cada vez
es más extendida la idea de que un hogar y una familia no la forman
necesariamente dos personas en pareja sino que hay muchísimos héroes y heroínas
regalando felicidad y AMOR a sus hijos, siempre apoyados por personas
maravillosas de alrededor.
Les deseo un domingo
en familia, sea cual sea la de ustedes…
RO
Que gran verdad Ro, que importa si el fin es el amor por los hijos.
ResponderEliminarRo, me encanta el tema. Yo he reflexionado mucho al respecto... Tus entradas siempre me inspiran. Nos cuestionamos las mismas cosas :)
ResponderEliminarMe gusta todo lo que dices
Muchas gracias Rebe ❤️
ResponderEliminarque bonita entrada Ro. Cierto es, las familias monoparentales también son un tipo de familia. Deberìan recibir màs apoyo econòmico del Estado para que la madre (o el padre en menos casos) no tenga que matarse a trabajar y pueda dedicarle tiempo y cariño a su retoño.
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